Otoño
Esto de ser madre es una navaja.
Desde el vientre nos atravesa el cuerpo esa espada
de fuego,
escarlata como un corazón
que no para de doler.
La vida toda ese temblor de quien teme el susto, el
duelo, la sombra
de lo que desaconseja.
Mucho cuidado, hija: los dolores, las fiebres del
mundo a veces nos alcanzan sin piedad.
Es prudente protegerse del frío, del calor, de las
ilusiones del otoño,
porque el amor es siempre esa hoja caída, árbol que
se desmonta.
Mucho cuidado, hija...
Comentários
Postar um comentário