Rey Vinas

O amor, esse dilema que desparafusa, desgasta. Vem, descansa esse corpo na aba mortal do meu ombro, que o mundo hesita, balança. Não que girasse antes sempre contínuo e constante, como estável monolito. Sempre seguiu aos tropeços, entre a alegria e a vingança, entre o silêncio e o grito. Mas eis que agora está torto, muito mais torto que outrora. O mundo hesita, balança. Fora marcado no berço com explosões a cada hora. E uma vez que esfriou, não sabe o que fazer por ora com os incêndios que criou. Tal como os amores que um dia ao cair a tarde fria, não entendem o que o fogo apagou. Sep 15th, 2019

Sobre las piedras de este río cepillo tu pelo mojado. De los árboles, ciertos pájaros nos observan callados, celosos de nuestro oficio. En la orilla del río, niña, hay flores llenas de rocío. No hay nada como tu con tu brillo delicado, tu olor de romero, de vainilla, tus brazos de mariposa. Sobre los troncos del bosque, bailamos la Seguidilla, giramos en la rueda, sacamos en la flauta una cancioncita. En un carrusel de mujeres giran en el aire madre e hija.

Esto de ser madre es una navaja. Desde el vientre nos atravesa el cuerpo esa espada de fuego, escarlata como un corazón que no para de doler. La vida toda ese temblor de quien teme el susto, el duelo, la sombra de lo que desaconseja. Mucho cuidado, hija: los dolores, las fiebres del mundo a veces nos alcanzan sin piedad. Es prudente protegerse del frío, del calor, de las ilusiones del otoño, porque el amor es siempre esa hoja caída, árbol que se desmonta. Mucho cuidado, hija...